La Nueva Escuela Mexicana es el resultado del Acuerdo Educativo Nacional, la iniciativa del Estado mexicano para la educación en México
Estrategia Nacional de Educación Inclusiva (ENEI)
Es una respuesta a la lógica de exclusión social y educativa que ha prevalecido durante décadas.
Busca justicia social, a partir de disminuir las distintas Barreras para el Aprendizaje y la Participación (BAP), reconociendo que la educación debe garantizarse con base en las necesidades diferenciadas y reconociendo los contextos locales y regionales en la prestación de los servicios educativos. Por ello, se definen acciones a implementar en el ámbito federal, estatal, escolar, comunitario y familiar para que, con realismo y corresponsabilidad, se avance en esa dirección, basado el actuar del Estado en el análisis de las políticas, la normatividad y los programas ya existentes. Asimismo, le otorga un peso muy especial a la articulación entre niveles, modalidades y servicios, así como a la suma de esfuerzos de los distintos actores públicos, privados, sociales y comunitarios relacionados con la educación.
Objetivo de la nueva escuela mexicana:
Con la Nueva Escuela Mexicana, nuestro país se encuentra en una condición inmejorable para avanzar en la ruta de la educación inclusiva, toda vez que la reforma al artículo 3°. de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos sienta las bases para asegurar que nadie quede excluido del Sistema Educativo Nacional (SEN), colocando al centro a las niñas, niños, adolescentes y jóvenes, para que los educandos alcancen el máximo logro de aprendizaje sin importar sus puntos de partida, se facilite su trayecto por la educación obligatoria y la conclusión de sus estudios al desarrollar su personalidad, talentos, pensamiento crítico y creatividad. la Nueva Escuela Mexicana es la implementación de una “educación profundamente humanista, científica y tecnológica”.
Su objetivo es el desarrollo armónico de todas las facultades del ser humano, así como el fomento del respeto de los derechos, de las libertades y de una cultura de paz y solidaridad internacional.
Para conseguirlo promoverá valores como la honestidad y empleará todos los recursos necesarios para la mejora continua de los procesos de enseñanza y aprendizaje.
En su plan y programa de estudios se incluyen conocimientos y capacidades relacionados con la perspectiva de género, las ciencias, las humanidades, el civismo, la tecnología, las lenguas indígenas, el deporte, la educación sexual y el cuidado del medio ambiente.
El diseño y la implementación de la Nueva Escuela Mexicana implicarán retos que el profesionista de la educación en México debe conocer y enfrentar en esta nueva etapa de la educación en México.
El objetivo de la Estrategia Nacional de Educación Inclusiva es convertir progresivamente el actual Sistema Educativo Nacional caracterizado por ser estandarizado, centralizado, poco flexible, inequitativo y fragmentado, en un sistema inclusivo, flexible, pertinente y sensible que identifique, atienda y elimine las BAP que se presentan dentro del sistema educativo y en el entorno, para favorecer el acceso, avance, permanencia, aprendizaje, participación y conclusión de los estudios de niñas, niños, adolescentes y jóvenes en todo el país, en su amplia diversidad, en igualdad de condiciones y oportunidades.
La ENEI se debe implementar tomando en cuenta criterios de diversidad, territorialidad, interculturalidad e igualdad de género; y avanzar gradualmente en la construcción de la Nueva Escuela Mexicana para todas y todos desde la comunidad, superando de manera progresiva la dispersión y precarización que se ha producido por la segmentación del sistema en modalidades y subsistemas para atender a los grupos de mayor pobreza y vulnerabilidad.
Para ello, la ENEI tendrá doce principios rectores que van desde la autonomía progresiva al ejercicio de los derechos de niñas, niños y adolescentes a la flexibilidad curricular que incluye elementos susceptibles de cambio, ajuste o variación dentro del currículo nacional, con el fin de ajustar los procesos educativos a las necesidades de los educandos para que estos sean utilizados en los planteles, escuelas y localidades.
Los principios rectores que guían a la ENEI en materia de educación inclusiva buscan eliminar toda forma de discriminación y exclusión, así como las demás condiciones estructurales que se convierten en BAP.
Principios rectores
1. Autonomía progresiva.
2. Corresponsabilidad.
3. Diversidad.
4. Equidad en educación.
5. Excelencia en educación.
6. Igualdad sustantiva.
7. Inclusión.
8. Inclusión educativa.
9. Interculturalidad.
10. Interés superior de las niñas, niños y adolescentes.
11. Interseccionalidad.
12. Flexibilidad curricular.
Ejes rectores
Cada eje rector incluye las acciones a realizar, las metas, los instrumentos de medición y las dependencias y áreas responsables de su diseño e implementación:
1. Armonización legislativa y normativa.
2. Desarrollo de modelos de atención con enfoque inclusivo.
3. Formación de los agentes educativos.
4. Sistema integral de información para la educación inclusiva.
5. Centros educativos accesibles para el aprendizaje y la participación.
6. Estrategias de comunicación y vinculación a favor de la inclusión intersectorial.
Principales rasgos de la educación inclusiva:
a. Está pensada no sólo para atender a estudiantes procedentes de determinados grupos sociales y, por lo tanto, no es un subsistema más. Está diseñada para acoger a comunidades educativas inherentemente diversas y atender las diferentes expresiones de esa diversidad, no sólo las más visibles como las relacionadas con la etnia, la lengua, la discapacidad, la condición migratoria o de salud.
b. No sólo es un tema transversal, sino el eje alrededor del cual ha de estructurarse todo el sistema educativo.
c. Promueve una forma de convivencia basada en el valor de la diversidad, que ofrece al alumnado y a toda la comunidad escolar oportunidades para aprender a relacionarse con respeto a la diferencia y a valorar a todas las personas por igual, favoreciendo la eliminación de estereotipos, prejuicios, segregación, exclusión o cualquier otra práctica discriminatoria.
Las Barreras para el Aprendizaje y la Participación (BAP)
Obstáculos o impedimentos que las personas encuentran a lo largo de su experiencia en el sistema educativo y fuera de él. (Barreras Sociales Zarb, 1997)
A las barreras internas al sistema se les suele llamar Barreras para el Aprendizaje y la Participación (BAP) (cfr. Booth, Ainscow, Black-Hawkins, 2002). Son aquellas que impiden a las personas el acceso, la permanencia, el tránsito, la conclusión o la construcción de aprendizajes relevantes dentro del sistema educativo.
Las BAP no se refieren a las características o condiciones personales, sino a la inadecuada configuración o respuesta del sistema educativo y del entorno que impiden el cabal ejercicio del derecho a una educación de excelencia, lo que afecta negativamente tanto la trayectoria escolar y el proyecto de vida de las personas como a la sociedad en su conjunto, estas se identifican bajo tres grandes categorías: estructurales, normativas y didácticas, lo que facilita la identificación de los actores responsables de removerlas dentro y fuera del Sistema Educativo Nacional:
Entre éstas figuran las siguientes:
• Falta de acceso por razones de proximidad escolar.
• Condiciones socioeconómicas que dificultan el acceso, avance, permanencia, aprendizaje y/o la participación de Niñas, Niños, Adolescentes y Jóvenes (NNAJ).
• Exclusión o discriminación social y culturalmente normalizada.
• Priorización en la agenda pública de problemáticas distintas a la educación, que generan falta de atención y asignación de recursos al tema.
• Inexistencia o carencia de herramientas como tecnologías de la información y la comunicación y/o bibliotecas.
• Infraestructura deficiente o que no permite el libre acceso, tránsito, interacción y autonomía de todas las personas.
Ausencia de trabajo colaborativo y coordinación entre la escuela, la familia y el Gobierno.
• Ausencia o debilidad de políticas de educación para la inclusión.
• Establecimiento de currículos homogéneos e inflexibles.
• Dificultad o imposibilidad para transitar entre los niveles y subsistemas por razones de discriminación.
• Falta de oportunidades de acceso a la educación.
Entre ellas se encuentran:
• Ausencia de una perspectiva de inclusión en las leyes educativas vigentes.
• Contradicciones entre leyes respecto a la educación de las personas y culturas diferentes.
• Prevalencia de una visión puramente sectorial que no visualiza la coordinación con otros sectores fundamentales para el ejercicio pleno del derecho a la educación, como salud, vivienda, comunicaciones y transportes, medio ambiente, energía, cultura, justicia, entre otros.
• Existencia de programas o subsistemas educativos creados para atender a determinados grupos vulnerados, lo que crea guetos e impide la interacción en la diversidad.
• Establecimiento de normas y/o políticas que dificultan o entorpecen el pleno derecho a la educación y a la participación de NNAJ.
Barreras Didácticas: Aquellas barreras que se dan en el acto educativo y en las mismas prácticas educativas y actitudinales dentro del entorno escolar. Son aquellas acciones de enseñanza y prácticas de aprendizaje de los educadores que no son culturalmente pertinentes, que no corresponden al ritmo ni al estilo de aprendizaje del educando y que se caracterizan por desarrollar bajas expectativas académicas en relación con un sector del estudiantado, por lo general procedente de sectores en situación de vulnerabilidad.
Entre ellas se pueden citar:
• Actitudes de rechazo, segregación o exclusión por parte de la comunidad educativa, por razones de discriminación.
• Un clima escolar hostil y que propicia el acoso escolar.
• Uso de recursos y materiales didácticos homogéneos.
• Estrategias de enseñanza que no consideran la diversidad.
• Planeaciones docentes que no atienden características y/o condiciones diversas del grupo.
• Prácticas pedagógicas no incluyentes tanto de docentes, como de los demás actores educativos.
• Barreras en la comunicación y falta de docentes especializados de acuerdo con las necesidades específicas de NNAJ en la comunidad educativa.
• Falta de pertinencia y adecuación intercultural.
• Nulos o escasos espacios para la participación de NNAJ en las escuelas y en la comunidad educativa.
• Rutinas de trabajo y distribución de los espacios y mobiliario que no consideran la diversidad del estudiantado.
La educación inclusiva
El concepto de inclusión cada vez adquiere mayor prominencia tanto en el ámbito académico como en el debate público; sin embargo, no siempre quedan claros su significado, implicaciones y alcances.
Existen Cuatro acepciones principales de a educación inclusiva:
1. Inclusión como escolarización de educandos con discapacidad.
2. Inclusión como respuesta a los problemas de conducta.
3. Inclusión como atención a los grupos en mayor riesgo de exclusión como indígenas, migrantes o comunidades rurales aisladas.
4. Inclusión como desarrollo de una escuela común, no selectiva, organizada para acoger la diversidad y asegurar el logro educativo de todas las personas.
Las tres primeras acepciones tienen en común que refieren la atención a colectivos específicos y su incorporación a los centros escolares generales o “regulares”. El foco está puesto en los colectivos a integrar.
La cuarta acepción, en cambio, defiende el replanteamiento de la función de la escuela para dar cabida a todo educando, independientemente de sus características o condiciones personales.
Marco legislativo:
En torno al derecho a la educación en México se han establecido ideales en las normas que no corresponden necesariamente a la realidad social y económica del país. Ejemplo de ello es la obligatoriedad de la educación desde preescolar hasta media superior—; aun cuando una declaración como esta se encuentre establecida en una disposición constitucional, eso no se traduce en que toda la población en edad de cursar tales niveles educativos en realidad lo haga.
Lo anterior se debe en gran parte a la precaria situación económica y a la desigualdad que priva en amplios sectores de la población. Asimismo, se han establecido montos mínimos de recursos como porcentaje del Producto Interno Bruto (PIB) que deberían destinarse a la educación, así como a la ciencia y la tecnología; sin embargo, esa obligación se disuelve ante la indefinición de las responsabilidades que corresponden a cada uno de los órdenes de gobierno. Así, es de observarse que el principal problema en cuanto al marco jurídico mexicano no es la ausencia de normas, sino la falta de cumplimiento de las mismas.
Ahora bien, resulta necesario hacer algunos ajustes a la legislación vigente, para reforzar aspectos como la calidad de la educación. Es necesario también actualizar la normatividad en materia de educación superior, para lo cual sería conveniente que se emitiera una Ley General de Educación Superior que contemplara, con pleno respeto a la autonomía de las instituciones que gozan de tal característica, entre otros aspectos: normas precisas respecto a las responsabilidades de los tres órdenes de gobierno; la definición de un sistema de educación superior y subsistemas; los principios que deben regir a este nivel educativo, y sistemas de evaluación y acreditación de estudios.