10 Nov
10Nov

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INDEX



Cuestionario

Si

No

¿Por qué?

A.1.3. Todos los miembros de CCIL colaboran entre ellos.




1.- ¿El personal se trata con respeto mutuo, independientemente de su rol, y /o posición en el centro.

X



2.- ¿Hay una amplia participación en las reuniones del personal de la escuela?

X



3.- ¿Se implican todos los docentes y los auxiliares de aula en la planificación y la revisión del currículo?

X



4.- ¿El personal se siente cómodo para discutir los problemas en su trabajo?

X



5.- ¿Se implica a todo el personal en la definición de prioridades para el plan de desarrollo de la escuela?

X



6.- ¿El personal se ha apropiado del plan de desarrollo de la escuela?

X



7.- ¿Existe un compromiso ético y de colaboración entre el personal de la escuela?

X



A.1.6. El personal y los miembros del consejo escolar trabajan bien juntos.




8.- ¿El personal conoce los roles, funciones y responsabilidades de la Sociedad de Padres y Representante de Participación Social?


X

No porque son nuevas.


9.- ¿El personal conoce los roles, funciones y responsabilidades del Consejo Técnico?

X



A.2.4. El personal de la escuela y el alumnado son tratados como personas y poseedores de un rol.

X



10.- ¿Todo el personal de la escuela se siente valorado y apoyado, independientemente de su cargo o función que desempeña en el centro?

X



11.- ¿Existe una comunicación puntual y asertiva entre los miembros del personal?



A veces.


A.2.5 El personal de la escuela intenta eliminar todas las barreras existentes al aprendizaje y la participación.




12.- ¿El personal es consciente del potencial que tiene para prevenir las dificultades del alumnado?


X

No identifican los niveles del alumno y no conocen sus características.


13.- ¿Se entiende que las dificultades de aprendizaje surgen como resultado de la interacción, entre los estudiantes y el contexto de enseñanza y aprendizaje y pueden presentarse en cualquier momento?


X

Generalmente caracterizan el aprendizaje del alumno.

14.- ¿Se considera que las barreras al aprendizaje se originan dentro de la organización, las políticas, el currículo y los enfoques de enseñanza al igual que en la interacción de estos aspectos con los estudiantes?


X

Lo traducen como dificultades de los alumnos.

A.2.6. La escuela se esfuerza por disminuir las prácticas discriminatorias.




15.- ¿El personal de la escuela comprende los orígenes de la discriminación y la intolerancia hacia la diferencia?


X

Ellos mismos los discriminan y los etiquetan.

16.- ¿El personal es consciente de que las políticas y las prácticas deben reflejar la diversidad del alumnado de la escuela?


X

Si No los identifican, menos lo van a actuar.

17.- ¿El personal reconoce la limitada contribución que ofrece el conocimiento de las discapacidades para entender las posibilidades educativas de un estudiante específico?


X

NO lo alcanzan a visualizar solo se quedan con el diagnóstico y lo justifican. Lo ven como limitante en lugar de una oportunidad.

18.- ¿Se entiende la exclusión de los estudiantes con discapacidades severas como el reflejo de las limitaciones en las actitudes y las políticas, en vez de oportunidades en las prácticas educativas?

X



B.1.1. Los nombramientos del personal son justos.




19.- ¿La escuela cuenta con una evaluación y seguimiento que permita ir avanzando en el desarrollo de los acuerdos establecidos?

X



20.- ¿Existe una estabilidad en la plantilla que permita ir avanzando en el desarrollo de los planes acordados?

X



B.2.1 Se coordinan todas las formas de apoyo.




21.- ¿Se considera que el apoyo para los alumnos que experimentan barreras al aprendizaje y participación es una responsabilidad de todo el personal de la escuela y no sólo de ciertos profesionales?

X



22.- ¿Todo el personal del centro conoce y cumple con las políticas establecidas en el CCIL?

X



B.2.4 La evaluación de las necesidades educativas especiales y los apoyos se utilizan para reducir las barreras al aprendizaje y la participación de todo el alumnado.




23.- ¿Entiende el personal y el equipo de apoyo y Educación Física su rol de fomentar y apoyar el aprendizaje y la participación de todos los estudiantes y no sólo de algunos alumnos en particular?



A veces. 

Algunos lo identifican y otros no.

24.- ¿Las evaluaciones y adaptaciones curriculares de los alumnos se realizan y se da seguimiento en equipo para favorecer sus posibilidades de desarrollo?



A veces. 

No todos los docentes cumplen con el apoyo.

C.1.8 Los docentes planifican, revisan y enseñan en colaboración.




25.- ¿Están abiertos los y las docentes a los comentarios de otros colegas sobre cuestiones de instrucción, y/o la participación de los estudiantes en las actividades programadas?

X



26.- ¿Modifica el profesorado su docencia en función de las recomendaciones recibidas de sus colegas?

X



27.- ¿Comparten los docentes la planificación del trabajo del aula, habilidades para la vida diaria y de las tareas para la casa?

X



28.- ¿Se comprometen, unos docentes con otros, a la hora de resolver los problemas de forma conjunta, cuando el progreso de un estudiante, o de un grupo, es motivo de preocupación?



A veces. 


29.- ¿El personal comparte la responsabilidad de garantizar que todos los estudiantes participen?

X



C.1.10 Los profesionales de apoyo se preocupan de facilitar el aprendizaje y la participación de todos los estudiantes.




30.- ¿Existe una descripción clara y precisa, respecto de las funciones y tareas que han de realizar los profesionales de apoyo?


X

No alcanza la escuela a identificarla.

31.- ¿Se han establecido directrices claras, de cómo debe organizarse y llevarse a cabo el trabajo conjunto, entre el profesorado de aula y el de apoyo?

X


Se intenta y el director lo apoya mucho.

C.2.3 Se aprovecha plenamente la experiencia del personal de la escuela.




32.- ¿Se motiva al profesorado a profundizar y compartir, todas sus habilidades y conocimientos, para apoyar el aprendizaje y no sólo lo relacionado con su cargo laboral?



Desconoce

33.- ¿El personal de la escuela aprende de la práctica docente y de la experiencia del personal de otros centros educativos?

X



34.- ¿Hay en la escuela un clima que posibilite proponer alternativas al resto de profesorado en relación con las dificultades del alumnado?

X














 

 

Posicionando el Index para la inclusión.


     El  Index  para  la  inclusión  se  publicó  por  primera  vez  en  el  año  2000  (Booth  y Ainscow,  2000) y fue revisado en 2002 (Booth y Ainscow, 2002). En 2006 surgió una nueva versión dirigida al ámbito educativo infantil el “Index for Inclusion: developing play,  learning  and  participation  in  early  years  and  childcare”  (Booth,  Ainscow  y Kingston, 2006).


     En la actualidad, el Index para la inclusión se ha afianzado a nivel internacional como un instrumento que promueve prácticas más inclusivas en las escuelas (Vislie, 2003). Booth y Ainscow (2002) lo describen como una herramienta integral que ofrece a los centros educativos  apoyo y  colaboración  en el  proceso de  autoevaluación y  en la planificación e  implementación de futuras prácticas inclusivas. Todo ello, a partir de los recursos  y  de las  opiniones del  equipo directivo,  el profesorado,  los  alumnos y padres o cuidadores, así como los miembros de la comunidad en la que está inmersa la escuela.

     El  Index  no  ofrece  una  planificación  exacta  sino  que  implica  un  proceso  de autoevaluación  sistémico  a  través  de  tres  dimensiones superpuestas  con  la  vida escolar: la cultura escolar, la política y la práctica. Pretende estimular a las escuelas para que  inicien procesos  de planificación  y  colaboración acordes a  sus valores y contextos, que  sean  sostenibles en  el tiempo y  que se  puedan gestionar  desde el propio  centro  (Rustemier  y  Booth,  2005).  Uno  de  los  objetivos  que  persigue  es facilitar  un  proceso profundo  de exploración  que suscite  el cambio  y que  haga al centro  educativo  embarcarse  en un  viaje que  le lleve  desde su  actual posición  a convertirse en un centro inclusivo.


     Es fundamental para el Index para la inclusión la creación de una cultura escolar que fomente la preocupación por el desarrollo de formas de trabajo que traten de reducir las  barreras  al  aprendizaje  y  a  la  participación  de  todos  los  estudiantes; independientemente  de  quién  las  experimente  y  de  que  dichas  barreras  se encuentren, en la cultura, la política y/o las prácticas de la escuela (Booth y Ainscow, 2002; Rustemier y Booth, 2005).


     El Index alienta a los profesionales que trabajan en el centro a compartir y construir nuevos conocimientos a partir de la información que tienen sobre los  aspectos  que impiden el aprendizaje y la participación de sus estudiantes. A través de un análisis de la escuela en su conjunto, se inicia un proceso que les lleva a realizar un examen detallado,  cada  vez  más  exigente,  de  las  posibilidades  para  incrementar  el aprendizaje y la participación. Todo ello, no debe ser visto como un trabajo adicional para los centros educativos, sino más bien como una forma sistemática de participar en  la  planificación  organizativa  y  escolar,  que  implica  el  establecimiento  de prioridades  para  el  cambio,  la  aplicación  de  nuevas  prácticas  y  la  revisión  del progreso realizado, y  la movilización de recursos infrautilizados dentro del personal, los estudiantes, los equipos, los padres y otros miembros de la comunidad escolar.


        La  investigación-acción  que  subyace  al  proceso  está  organizada  a través  de  un conjunto de indicadores y preguntas, que facilitan el establecimiento del perfil de la escuela y la orientan sobre las áreas en las que es  conveniente realizar un análisis exhaustivo  de su  situación  presente  y  de sus  posibilidades  futuras para  alcanzar mayores cotas de inclusión.   En el  Index,  tanto la  inclusión como  la exclusión,  se  exploran a través  de tres  dimensiones interrelacionadas  en la  dinámica diaria  de  los  centros educativos y que tienen igual importancia e incidencia en el proceso de desarrollo de la inclusión. Son aquellas que se relacionan con su cultura, con su política y con su práctica.   El conjunto nos proporciona un mapa detallado que guía el análisis de la situación de la organización en ese momento y determina futuras posibilidades de acción.


La estructura del Index para la inclusión


     Los  materiales  del  Index  contienen  una  estructura  ramificada  que  permite  de forma  progresiva  realizar  un  examen  detallado  de  todos  los  aspectos  de  la escuela.



     Las  dimensiones tienen la función de  dirigir el  pensamiento de la escuela hacia el cambio y representan áreas relativamente distintas de la actividad escolar. Las tres  dimensiones  se desarrollan  a  través  de  6 secciones,  dos  por  dimensión  y cada  una de ellas  se despliega  a través  de indicadores.  En  el instrumento nos encontramos con 45 indicadores cuyo significado se esclarece a  través de unas 500  de  preguntas,  aproximadamente  de  10  a  12  por  indicador  (Rustemier  y Booth, 2005).  De forma conjunta, las dimensiones, las secciones,  indicadores y preguntas  proporcionan  un  mapa  cada  vez  más  detallado  que va  a orientar  la exploración  de la  posición  actual  y va a  permitir  trazar  las  posibilidades  de  un futuro más inclusivo (Booth y Ainscow, 2000).   Las tres dimensiones del Index no se dan de forma aislada en la organización, si no  que  se  superponen  entre  sí,  ya  que  los  avances  en  la  cultura  de  la organización  requieren  a  su  vez  la  formulación  de  políticas  que  orientarán  la implementación de prácticas.  A la hora de establecer prioridades y promover cambios en las organizaciones se ha  de  tener  presente  la  superposición  de  las  dimensiones  del  Index,  y  sería adecuado  que  se  considerara  que  una  prioridad  específica  asociada  a  una dimensión requerirá, sin lugar a dudas, cambios en las otras.  Cada  dimensión,  a  su  vez,  se  divide  en  dos  secciones,  que  se  centran  en  un conjunto de actividades en las que las organizaciones deben comprometerse como vía para ir mejorando el aprendizaje y la participación.





     Cada  sección  está  formada  por  indicadores,  hasta  un  máximo  de  doce,  y  el significado  de  cada  uno  se  concreta  a  través  de  una  serie  de  preguntas.  Los indicadores son declaraciones de la aspiración inclusiva con los  que se pueden comparar  los  acuerdos  ya  existentes  en  la  escuela  para,  de  este  modo, establecer prioridades para la evolución.  Como  nos  indican  Booth  y  Ainscow  (2002)  “los  indicadores  representan  una formalización de  aspiraciones  con las  que se  compara  la situación  existente en la  organización,  para  poder  llegar  a  establecer  determinadas  prioridades  de mejora”  (p.23).  Las  preguntas  vinculadas  a cada  indicador  ayudan  a definir  su significado de una forma que invita a las organizaciones a explorarlo con detalle.    Tales  indicadores  pueden  cumplir varias  funciones,  por  ejemplo, pueden  servir para impulsar la reflexión de grupos de trabajo dentro de la organización y sacar a la  luz su conocimiento  previo acerca  del funcionamiento  de la organización, o para  moldear  los  procesos  de  investigación  que  se  quisieran  llevar  a  cabo  y servir como criterio de evaluación de los progresos.   Cada indicador se codifica con una letra y dos números: las letras A (Culturas), o B (Políticas),  o C (Prácticas) de las dimensiones, seguidas por  el número 1 y 2, en función de las secciones y a partir de ahí se añade un nuevo  número que  va ordenando los  indicadores dentro de  cada  sección.  Se muestran a continuación las dimensiones, secciones e indicadores. 

     No  debe  olvidarse  que  una  parte  esencial  del  uso  del  Index  lo  constituye  el intercambio de  información acerca de lo que se conoce sobre  el funcionamiento actual de la organización y las barreras para el aprendizaje y la participación que existen dentro de ella. Por ello, es importante indicar que el trabajo con el Index no pretende obviar las soluciones potenciales que ya estén bien articuladas en la organización, todo lo contrario, en lo posible intentará enfatizarlas.   También consideramos importante señalar que existen centros educativos donde no  se  podrán  aplicar  algunos  indicadores,  pero  a pesar  de  estas  limitaciones, estas  organizaciones  generalmente  están  dispuestas  a  realizar  un  plan  de mejora de la organización con una orientación inclusiva  y, por tanto, adaptarán los indicadores y las preguntas a sus propósitos y características.




Investigando la aplicación del Index.


     Desde que el Index for inclusion fue diseñado y publicado por primera vez en el año 2000,  ha  sido  traducido  a  múltiples  idiomas  entre  otros  al  noruego,  español, finlandés,  rumano,  catalán,  alemán,  chino  o  portugués.  La  necesidad  de  una adaptación  del  instrumento  a  los  diferentes  contextos  sociales,  culturales  y educativos a los que se pretende aplicar su filosofía ha conllevado la realización de diferentes  investigaciones  para  analizar,  en  primer  lugar,  la  adecuación  de  las adaptaciones  y,  en  segundo  lugar,  los  éxitos  e  inconvenientes  que  se  estaban obteniendo  en  las  diversas  aplicaciones  realizadas  en  los  centros  escolares.

     Mientras el proceso del Index pone en primer plano los enfoques participativos para el desarrollo escolar y alienta "el diálogo, la colaboración, el apoyo,  la  construcción de culturas inclusivas, la participación en los más profundos valores, y el intento de poner esos valores en acción" (Rustemier y Booth, 2005, p.46), el planteamiento del gobierno pone de relieve la competencia, los controles y la identificación de "buenas prácticas" en  los  procesos de  desarrollo escolar.  Mientras que  el gobierno  prefiere iniciativas  de  arriba  hacia  abajo,  el  Index  for inclusion  fomenta  que las  escuelas puedan decidir  sobre sus propias  prioridades para  el  cambio. Otra  gran diferencia que señalan los autores es que mientras el Index hace referencia a la eliminación de barreras  para  el  aprendizaje  y  la  participación  de  todos  los  estudiantes,  los documentos  gubernamentales  se  centran  en  la  inclusión  de  alumnos  con "necesidades educativas especiales”.  

     Las  tres dimensiones del Index se ampliaron a cuatro. El cuarto dominio se dirigió al resultado de aprendizaje del estudiante, aspecto señalado por otras investigaciones como una de las debilidades del instrumento (Rose, 2002; Dyson 2001), y trata aspectos como la participación, la motivación, el autoconcepto y otras habilidades de aprendizaje.  Heung (2006) expone que la introducción del Index en Hong Kong ha sido oportuna y puede proporcionar a las escuelas un lenguaje común que les permita comunicarse y cuestionar  sus  prácticas.  Sin  embargo,  también  identifica  ciertas  barreras  a  la inclusión  en  las  escuelas. 

      Las investigaciones que se están realizando en  la  actualidad se basan en estudios de  caso  centrados  en  la  aplicación  del  Index  a  nivel  internacional. Ainscow (2007) está convencido de que el Index puede  ayudar  a  desestabilizar las prácticas de las escuelas  por  su insistencia en  el  replanteamiento de los  discursos existentes  y  en  la  necesidad  de  centrar  la  atención  en  las  posibilidades habitualmente pasadas por alto y que pueden hacer avanzar la práctica.  La investigación, sin embargo, indica que los profesores con experiencia encuentran dificultades en realizar cambios en su práctica cuando no están acostumbrados a ver otras concepciones de la  educación adaptadas a las  nuevas tendencias inclusivas. Ainscow (2007) también sugiere que los maestros tienen que desarrollar un lenguaje común con  respecto a  su  práctica con  el fin de  adoptar nuevos  enfoques  aunque todos los  autores  están de acuerdo en que el Index para la inclusión puede ofrecer un marco de referencia para desarrollar un lenguaje compartido sobre la inclusión en las  escuelas  ya que  es a  través de  experiencias compartidas  como los  maestros pueden comenzar a realizar cambios en su práctica.  

     Según Ainscow  (2007)  la investigación  indica de  manera  significativa  que las  prácticas  de liderazgo  en las escuelas pueden facilitar o limitar el desarrollo de la inclusión. 

Los autores también nos indican que “la experiencia del Index, tiene efectos que van más allá  del propio  proceso, puesto que  promueve, dentro  del centro, la  reflexión sobre la práctica y el trabajo colaborativo; y,  fuera del centro, el establecimiento de redes orientadas a que los centros se puedan ayudar unos a otros”. (p.467)



Bibliografía

https://www.researchgate.net/publication/277141157_El_Index_para_la_inclusion_presencia_aprendizaje_y_participacion

Revista nacional e internacional de educación inclusiva ISSN (impreso): 1889-4208. Volumen 7, Número 3, Noviembre 2014


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